domingo, 19 de octubre de 2014

Aproximación al Samaín

El origen de esta fiesta, como ya he dicho, se encuentra en la cultura celta. Los celtas tenían un gran número de rituales y fiestas (una por cada luna llena). Poco se sabe realmente de ellos, porque entre que su saber se transmitía de forma oral, y que con la conquista por parte de los romanos se destruyeron un gran número de templos y se persiguieron ritos, la mayor fuente han sido las tradiciones del pueblo, dispersas por los territorios que dominaron los celtas en algún momento. Os dejo un mapa, para que os hagáis una idea, encontrado en el periódico Huelva buenas noticias donde a mi parecer queda bastante claro.

Imagen perteneciente a Huevabuenasnoticias


 En él, la zona color marrón oscuro son los dominios primarios celtas, y la verde su expansión, donde se reflejan las zonas en las que existió un impacto cultural.
De la tradición que derivó en nuestro Samaín se sabe que era una celebración que duraba una semana, y que culminaba con una celebración en honor de los espíritus. Para los celtas se celebraba también el principio de un nuevo año. El primer mes, que corresponde a nuestro noviembre, era Samonios... ¿Os recuerda el nombre a algo?
Los antiguos celtas tenían un montón de tradiciones, y pocas han llegado a nosotros. Se sabe de, al menos, dos. La primera era dejar comida fuera de la casa, para que los malos espíritus quedasen a comer fuera y no entrasen. Y la segunda era colocar las calaveras de sus enemigos con una vela dentro con un doble fin: el primero era ahuyentar a aquellos espíritus indeseados, y el segundo era absorber la fuerza y el valor de sus derrotados. Básicamente, eran talismanes de protección.

Tras este contexto, necesario para entender el Samaín gallego, paso a hablar un poco de la hsitoria y las tradiciones que rodean mi tierra por estas fechas.
En primer lugar, citar a Rafael López Loureiro, maestro en una escuela de Cedeira, en A Coruña, quien descubrió que esta tradición pervivió hasta bien entrado el siglo XX en Galicia y algunos puntos dispersos en Cáceres, Zamora y León, donde pervive la lengua gallega y muchas tradiciones.
Con la cristianización de Europa, toda celebración que oliese minimamente a "pagano" debía ser erradicada del imaginario popular. Por eso se trasladó la fecha del Día de Todos los Santos de mayo al 1 de noviembre, y el Día de Difuntos al 2. Pero en Galicia, que debe ser que somos gente de costumbres, seguimos manteniendo muchas tradiciones celtas, conviviendo en perfecta armonía con otras tradiciones cristianas, como pueden ser la misa de difuntos (a la que iban tanto los vivos como las ánimas, o eso se dice) o las visitas y paseos por los cementerios, encendiendo velas para guiar a las ánimas a salir del purgatorio. Por ejemplo pervivieron variantes de las tradiciones celtas del Samhain explicadas más arriba, como puede ser mandar a los niños por las casas a por dulces o no recoger la mesa de la cena para que las almas de los familiares pudiesen comer algo en su visita, o dejarles el fuego encendido para que se calentasen. También se recoge, por ejemplo, que en muchas casas se realizaba una cena especial por estas fechas a la que incluso estaban invitadas las ánimas, a las que se les ofrecía un menú especial: castañas cocidas en anís. 
En Galicia también se tallaban calacús, lo que viene siendo calabazas, de las que se aprovechaba el interior para preparar postres típicos.
Para ejemplificar el arraigo en el pueblo de estas tradiciones precristianas, me gustaría citar un texto de la página Galicia Encantada, que recoge las palabras de Frei Antonio de Guevara, obispo de Mondoñedo del siglo XVI:
Constounos pola visita que o día de Todos os Santos e o día seguinte de Defuntos andan todo os mozos da freguesía a pedir polas portas e danlles pan e carne e viño e freixós e pixóns e outras cousas, e que piden así os fillos dos ricos que os pobres; e por ser máis este rito xentil que cristián, ordenamos e mandamos que, de aquí en diante, ningún mozo vaia aqueles dous días de porta en porta a pedir [...] so pena que o pai ou a nai que enviara o seu fillo a pedir aqueles días pague mil marabedís.
(Nos consta por la visita que en el día de Todos los Santos y el día siguiente de Difuntos andan todos los jóvenes de la "feligresía (parroquia)" pidiendo por las puertas y les dan pan y carne y vino y filloas, y otras cosas, y que piden así [más?] los hijos de los ricos que los pobres; y por ser más este rito gentil que cristiano, ordenamos y mandamos que, de aquí en adelante, ningún joven vaya en aquellos dos días de puerta en puerta a pedir [...] so pena que el padre o la madre que enviara a su hijo a pedir aquellos días pague mil marabedís.)

Hay mucha gente que relaciona el Samaín con el Magosto. El Magosto es una fiesta que se celebra en la primera quincena de noviembre, donde se asan castañas en el monte. Se cree que existe una relación entre este Magosto y uno de los ritos del Samaín, donde se asaban castañas y se ofrendaban a las ánimas dejándolas en la mesa para que las comieran. Estas castañas al día siguiente no se tocaban por estar "babadas por los difuntos". 

Como podeis ver, el Samaín es una tradición que viene de largo. Esta historia, esta parte de la cultura gallega, que permaneció oculta para todos aquellos que no tuvieron la suerte de criarse en un entorno más tradicional, es la que se quiere recuperar. Una tradición más nuestra, menos americanizada. Una tradición en la que se valore lo que tenemos, y con la que se demuestre que no hace falta importar nada de otros países. Una pequeña vuelta a nuestras raíces. 
Y para ser sincera, la tradición americana también me encanta. Esa forma en la que ha variado, hacia una oda al terror, lo espiritual y lo místico, con un aire tan festivo y carnavalesco... ¿Vosotros qué opinais? ¿Creéis interesante reivindicar también las tradiciones propias? ¿Os gusta la variante americana del Samaín?


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