domingo, 25 de octubre de 2015

Sobre los monstruos I: El vampiro


Hoy he pensado que sería buena idea hablar sobre los monstruos que pueblan las historias de terror. ¿Qué son realmente? ¿Qué sentido tienen? ¿Y por qué me está saliendo un especial de Halloween horriblemente sesudo? Estos estudios me están acabando con la sangre... y luego quiero hablar de monstruos. ¡Si me sobran!
¿Os habíais planteado alguna vez el por qué de los monstruos más conocidos de la literatura? Su mito, qué fueron en un principio, si existieron alguna vez...

Por ejemplo, el vampiro. Yo ya di aquí mi opinión sobre ellos, la verdad es que sin mucho valor, porque está basada en mi propia creencia tras leer varios relatos de vampiros. Sigo manteniéndola, pero tampoco se sustenta en ninguna fuente como para darle credibilidad. Hay psicoanalistas que afirman también la vinculación de los vampiros y el sexo en la mordedura, pero tampoco me quise meter mucho más en el terreno.

Vampiros




Muchísimas culturas han creado mitos alrededor de una figura que se alimenta de alguna manera de la vida de las personas (para profundizar en este tema recomiendo esta página de la Wikipedia, es muy interesante), representada por su sangre, su alma, su carne... A veces pueden ser representados como demonios, otras como humanos fallecidos, o incluso como una mezcla de ambas. Algunos autores justifican la creación de estas criaturas diciendo que simbolizan la parte oscura o primitiva del ser humano, aquella que quiere rebelarse en contra de las normas impuestas.

En occidente existieron varias personas que pasaron a la historia como vampiros. Quizás el más conocido es Vlad Țepeș, también conocido como Vlad Draculea o, para los morbosos, Vlad el empalador. Quizás ese nombre no os diga nada, pero si os digo Dracula... algo empieza a sonar, ¿no? Sea por Bram Stocker que popularizó el nombre en el siglo XIX, sea por la Hammer que popularizó la figura algo caricaturizada en el siglo XX, Dracula es un personaje que conocen hasta los niños pequeños, debido a una sobreexplotación de la figura:

Dudoso honor que te inmortalicen en una caja de cereales



Y por si no lo consideráis suficiente, buscad en Google imágenes "disfraz halloween hombre", y a ver los resultados. 
Es más, ahora que estoy cogiendo carrerilla: este sábado 31, Halloween para los perros consumistas y víspera de Todos los Santos para los modernos, haced un pequeño estudio: clasificad los disfraces masculinos de vampiro que os encontréis en alguna de estas tipologías:



Si, por cualquier casuística, os encontráis con algún especímen de este tercer tipo, mandadme sus datos, por facor ^^.

Pero bueno, fuera ya del mito de Drácula, hablemos de:

Vlad el Empalador


File:Vlad Tepes 001.jpg
Fue príncipe de Valaquia (sur de Rumanía) a mediados del siglo XV, enfrentándose al imperio Otomano en su expansión. A pesar de su mala fama realmente no fue más que un príncipe y un guerrero, alguien con un alto sentido del honor, y a quien en Rumanía consideran un héroe nacional. Simplemente tenía un gusto algo extraño (visto desde nuestra perspectiva actual) para las torturas. Su preferida es la que le da nombre: el empalamiento. 


Métodos de tortura (pasa de largo si eres sensible): 
Consiste en introducir un palo de unos 3.50 metros por el recto, fijarlo a la carne con un clavo y levantarlo, causándole a la víctima una muerte muy lenta y seguramente dolorosa. Aparte de ello también amputaba miembros, nariz y orejas, extirpaba ojos por medio de ganchos, extrangulamiento, hoguera, castración, desollamiento, exposición a los elementos o a fieras salvajes, parrilla y la lenta destrucción de pechos y genitales.

Vlad tenía una actitud peculiar, que supongo que habrá que entender dentro de su época. Quiso acabar con los grupos improductivos de la sociedad tales como bandidos, pobres o enfermos (sí, todos en el mismo saco) de una forma algo radical (los invitaba a una gran cena, y al acabar y preguntarles si les gustaría que siempre fuese como ese día cerraba las puertas y... os lo imagináis, ¿no?)

Una anécdota que me ha llamado la atención sobre él es la que trata sobre un mercader que acudió un día a él para reclamar una bolsa de oro que le habían robado unos bandidos. Al día siguiente el mercader volvió, y vio empalados a todos los bandidos. Vlad le dio la bolsa de oro y le dijo que comprobase que estuviese todo. El comerciante, tras contar el dinero, dijo que sobraba una moneda, y Vlad le respondió: "Id con Dios comerciante, tu honradez te ha salvado. Si hubieras intentado quedártela, habría ordenado que tu destino fuera el mismo que el de tus ladrones."

Otra anécdota se llama "la mujer holgazana". Vlad un día vio un campesino con una ropa demasiado destartalada, y lo llamó para preguntarle si estaba casado. Él dijo que sí, y Vlad hizo llamar a su mujer. Le preguntó qué hacía durante el día, y ella le respondió que trabajaba en las tareas del hogar. Vlad no la creyó, visto el estado de las ropas del marido, y mandó matarla aún a pesar de que el marido dijese que estaba contento con ella. Es más, buscó a otra mujer en el pueblo y la obligó a casarse con el recién viudo, amenazándola con darle la misma suerte que a la mujer anterior si no trataba bien al marido.

Condesa Erzsébet Báthory


Elizabeth Bathory Portrait.jpg
También conocida como Elizabeth o Isabel Báthory, fue una noble húngara del siglo XVII. Como curiosidad, tiene el récord Guinnes de asesinatos en la historia de la humanidad (630). Aunque claro, estos asesinatos son supuestos, porque Báthory siempre pudo haber sido una simple víctima de las intrigas nobiliarias para apartarla de la riqueza y el poder. Su leyenda cuenta que sacrificó a una gran cantidad de mujeres jóvenes (entre 11 y 26 años) para utilizar su sangre como elixir de juventud. En el pueblo empezó a hablarse de ella, pero nadie la acusó formalmente hasta que no empezó a utilizar también la sangre de mujeres nobles.


 En el momento de acusarla, ella ni afirmó ni negó haber matado a las mujeres, si no que se adscribió a sus derechos nobiliarios. En el juicio se decapitaron a todos sus seguidores, pero a ella, por ley, no pudo  aplicársele pena de muerte, así que se la emparedó en sus aposentos, donde vivió por cuatro años.


Guilles de Rais


Noble francés del siglo XV, luchó junto a Juana de Arco. Puede que sea el que menos os suene de los tres aunque sea por nombre, pero Perrault hizo su figura inmortal. ¿Os suena el cuento Barba Azul?

Como dije, Guilles de Rais era noble, y tenía muchísimo dinero, pero debido a que era de naturaleza muy despilfarradora acabó lleno de deudas. Eso hizo que se interesase en la magia y en la búsqueda de la piedra filosofal, lo que al final acabó arrastrándolo a la práctica de la magia negra y los sacrificios humanos. Y descubrió que disfrutaba con los sacrificios, sobre todo con los de niños. Él y sus seguidores buscaban niños por los pueblos, prometiéndoles a ellos y a sus padres un buen futuro... pero pronto  se empezó a sospechar, y hubo que recurrir a los raptos.
Buscando conseguir dinero, Guilles de Rais empezó también a vender sus propiedades. Su hermano consiguió comprar uno de los castillos, y en él encontró los esqueletos de más de 50 niños. Hizo todo lo posible por silenciar este hecho. 
Tras una investigación del obispo de Nantes se llegó a Guilles de Rais, llevándolo a juicio.

Confesión (contiene prácticas no agradables con niños):
Guilles de Rais confesó haber asesinado a niños de entre 7 y 20 años y mantenido actuaciones pedófilas con ellos, haberles realizado rasgaduras, colgamientos del techo por ganchos, decapitaciones, etc. Dijo que hasta había bebido su, incluso cuando estos aún estaban vivos, que "necesitaba aquel goce sexual" y que escribió un libro de conjuros con la sangre de los supuestamente asesinados, que llegaron a ser más de 200.
En la Wikipedia podéis encontrar una recreación de su declaración en el juicio.

lunes, 19 de octubre de 2015

Frío


— ¿Sabéis qué es lo peor que se le puede hacer a una persona? Destrozarle el corazón. Alguien se abre ante ti, expone sus entrañas, y el otro simplemente clava un cuchillo, una, dos, mil veces, hasta que queda literalmente hecho papilla. ¿Sabéis qué fue lo que sentí en ese momento? Frío, mucho frío.
Un hombre salió precipitadamente del bar, no podía escuchar más. No le gustaban estas fechas, y si por él fuera estaría en la cama hasta el dos de noviembre. Una vez en el callejón, se metió un cigarro entre los labios y encendió el mechero. La llama se apagó antes de que pudiese encender nada, pero otra persona le ofreció fuego. Masculló un “gracias” y levantó la vista.
Y la vio: aquella mujer con la que convivió diez años atrás, con la que tuvo una relación intensa, y con la que acabó en una discusión.
— Te eché tanto de menos estos años... no dejé de pensar en ti, me hiciste tanto daño... — Dijo, mientras se agarraba sus costillas con las manos abriendo de par en par el pecho, dejando al aire un corazón desgarrado por las viejas heridas de un cuchillo.

sábado, 17 de octubre de 2015

Sobre el terror

Era una noche tormentosa. El viento gritaba entre los árboles y la lluvia petaba insistentemente en la ventana. Tras la cena, todos reunidos cerca de la lumbre, se levantó el capitán de los bandidos y dijo:
— Pepe: tú, que has recorrido cada rincón del mundo, tú que tienes el cuerpo surcado de cicatrices como recuerdo de los horrores con los que te has topado, tú, cuéntanos una historia a la altura de esta siniestra noche.
Y Pepe, se levantó y dijo:
— Era una noche tormentosa...



Era una noche tormentosa. Esa es, quizá, una de las formas más clásicas de empezar a contar una historia de terror. Tormenta y fuego, una noche de invierno... 

Pregunta tonta: ¿Qué es el terror?
El terror es una de las sensaciones más primitivas que podemos sentir. Nos excita, nos pone en alerta, nos llama. No queremos experimentarlo y lo ansiamos a la vez. Seguramente, entre las primeras historias que se contaron, una de ellas fue de terror: una bestia desconocida que vivía en la espesura del bosque o las profundidades del mar, alguien que sufrió una muerte injusta y que vuelve al reino de los vivos en busca de venganza... ¿Os suena?
El terror es la ambientación, el cosquilleo, el conseguir vivir una historia y temer irracionalmente a las criaturas que la habitan. El terror son El Monte de las Ánimas, El corazón delator, Frankenstein. Son las leyendas, historias con siglos a sus espaldas, esas que te cuenta solemnemente algún anciano en el pueblo.
El terror no son los sustos, los sonidos altos y la música estridente. Puede conseguir una sensación parecida al terror: nos pone en alerta, pero falta algo. Falta su belleza, su historia. El entrelazar tan bien una serie de acontecimientos que aunque descontextualizados no digan nada, dentro de la historia lo sean todo. El ser capaz de hacer experimentar terror a otra persona es ser un experto contador de historias.
Terror es lo desconocido, lo que no somos capaces de explicar. Aún puede haber mucho terror en el mundo, porque... ¿Acaso conocemos con seguridad todo lo que nos rodea?



Seguramente todos tengamos alguna experiencia que pueda calificarse de sobrenatural... Y si me lo permitís, me gustaría compartir una con vosotros del puñado que he sufrido (cosas de vivir en una casa vieja).

Yo nunca conocí a mis abuelos, por desgracia, pero sí que tuve dos tías abuelas. Eran completamente distintas: una de ellas era muy buena y cariñosa, le encantaba estar conmigo y con mis hermanos. La otra era seca y gruñona, recuerdo tenerle un poco de miedo... Mi padre siempre dijo que se había relajado, que cuarenta años antes sí que daba miedo. Eran dos mujeres muy mayores, y llegó el momento en el que ya no podían valerse por sí mismas. Una de ellas vino a vivir con mi familia: ¿adivináis cual?
Mis padres adaptaron todo el piso de abajo para que pudiese vivir junto con su perrita y que conservase un poco de su independencia. Hicieron para ella una habitación, un baño y una galería para que pasase las horas muertas, y pusieron una cocina nueva para que no tuviese que subir las escaleras.
Pasaron los años, y nos acostumbramos a su presencia en la butaca, a un metro de la televisión, a sus gritos y a sus discusiones.
Un día tuve un sueño: estábamos toda la familia sentados a la mesa, comiendo, y mi tía abuela se desplomaba sobre el plato de sopa. No era capaz de levantarse, y nadie pareció darse cuenta, hasta que, inevitablemente, dejó de resistirse. Minutos después, cuando ya estábamos acabando la comida, mi tía abuela levantó la cabeza, con la cara amoratada y los ojos rojos, por la acumulación de la sangre. Levantó, como dije, la cabeza, y empezó a gritar con un sonido infrahumano, cavernoso al principio, agudo al final. Gritaba furiosa, y me desperté.
Alrededor de una semana más tarde, mi tía abuela se despertó con sed. Bebía, pero seguía con sed. Se levantó de la cama, se sentó en su silla para desayunar, y se desplomó sobre la mesa, muerta.
Yo había salido la noche anterior y seguía en la cama. Recuerdo que vino mi madre a despertarme para decirme que mi tía abuela había muerto. Mi hermana y yo bajamos a su habitación, y mi madre estaba limpiando, preparando sus cosas para donar o para tirar. Yo me guardé un par de joyeros estilo art nouveau que mi madre quería tirar, sus joyas para vender... y su habitación. ¿Qué chica de 17 años no querría una habitación completamente independiente? Compramos pintura, yo me saqué unos euros vendiendo sus joyas... y unos días después estaba ya instalada.
Los primeros días el mayor problema que tuve para dormir ahí fue la perrita, que consideraba que la habitación era suya y no mía.
Recuerdo que una noche tuve un sueño bastante raro: alguien me hablaba al oído, diciéndome algo en un idioma desconocido, pero que yo en sueños entendía perfectamente. Luego escuché un grito, aquel grito con el que había soñado semanas antes, y me desperté. En el momento de despertarme tenía claro el mensaje que me habían dado, pero según iba recuperando la consciencia se fue perdiendo su significado, hasta que quedaron sólo unos vocablos sin sentido que ya he olvidado. Fuera, en la galería, se escuchaba aullar nerviosamente a la perrita de mi tía abuela...


¿Vosotros tenéis alguna experiencia paranormal? ¿Os gustaría compartirla?

domingo, 11 de octubre de 2015

¡Bienvenido Octubre!


Hoy quiero dar la bienvenida a mi mes preferido del año... con casi dos semanas de retraso ^^U.
Y os escribo sobre todo para deciros que voy a seguir inactiva un par de días más, hasta que cumpla con las entregas que tengo para el día 15.
La buena noticia es que haré todo lo posible para empezar un especial... igual, si me veo fuerte, hasta hago un sorteo que culmine en Todos los santos (igual, eh?) para celebrar... no se, Samaín, Hallowe'en, el día de difuntos, o el haber alcanzado los 50, los 75 y casi los 100 suscriptores *0*.

Pero bueno, para no dejaros con las ganas, y como fueron unas entradas que tuvieron bastante buena acogida el año pasado, os dejo aquí el especial de Samaín que hice, donde entre otras cosas, se explica qué es el Samaín si te lo estabas preguntando :).





Ahora, me retiro a mi esquinita a volver a sepultarme bajo las montañas y montañas de papeles...