martes, 23 de junio de 2015

Danza de San Juan


El olor de la madera quemada inunda la noche, el humo apenas permite ver las estrellas. Bailo alrededor del fuego, junto con la gente de mi alrededor. Cierro los ojos, salto, y empiezo a dar vueltas. Giro cada vez más y más rápido, y siento como mi alma abandona mi cuerpo por unos instantes. Es el frenesí del fuego, una combinación de todos los elementos que forman esta situación que nos hace volver a nuestros instintos animales. Me siento conectada con mis antepasados, con el primer ser humano, y también con los futuros pobladores de Tierra. Soy uno con los animales, con las plantas y con los árboles, me embriaga tanta sabiduría. Qué pena olvidarlo un momento después...
Me muevo al son del tambor, pero mi ropa me molesta. Me quito el vestido mientras sigo bailando, ya completamente libre. El sudor recorre mi cuerpo brillando cada gota con el fulgor de mil hogueras.

Silva un viento frío que convierte las hogueras en simples cúmulos de brasas: Él está aquí. Sale de entre los árboles a cuatro patas, con su orgulloso porte, lento, recorriendo con su mirada lasciva nuestros cuerpos. Según camina, a veces parece una cabra negra, robusta, y otras un hermoso gorila de ébano. Llega a su trono, y las hogueras vuelven a recuperar su vigor. Él ahora tiene forma de hombre, con el pecho al descubierto y la melena, larga, le tapa los pezones. Parpadeo, y es una mujer.

Ha vuelto a empezar el sonido de los tambores, y yo vuelvo a bailar. Igual que antes giro y salto, me contorsiono, poseída por el frenesí popular. Apenas me doy cuenta de los grupos fornicando en el suelo, y ellos parece que tampoco perciben los pisotones. De pronto, él me sujeta mientras bailo, lanzándome contra el suelo, y yo acepto el honor gustosamente.

La luna hace ya rato que ha desaparecido del firmamento, los primeros rallos de sol asoman por el horizonte. Es hora de volver a mis tareas cotidianas, junto con mi marido, mientras espero pacientemente la venida de mi hijo.


Si te ha gustado, puedes leer también La noche de San Juan

2 comentarios:

  1. ¡Me ha encantado! Me gusta como escribes y como transcurre el relato. La verdad es que la noche de las hogueras tiene algo muy ancestral y primitivo, aunque para muchos suponga fiesta y quema de libros/apuntes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias ^^. Y por lo que dices de que para la gente sólo supone fiesta y quema de libros, yo lo veo como que las cosas no han cambiado nada. Mucho avance, mucha tecnología, pero al final siempre acabamos cayendo en rituales. ¿Qué es esa quema si no una forma de avanzar? Representa el dejar atrás el año, es como una preparación para el siguiente. Aunque muchos lo hagan por costumbre, al final el sentido es ese.
      Lo especial de esta fiesta es eso, que yo, personalmente, la veo tal cual como debió ser siempre. Pudo haber tenido otros nombres, pero seguro que no ha habido apenas diferencia. Tendré que investigar...
      ¡Saludos!

      Eliminar

¡No olvides comentar!