La historia que os voy a narrar a continuación es realmente una adaptación de la que me contaron a mí, de forma oral, sin ningún tipo de rigor histórico, y embellecida en muchos casos por la gente que la transmite.
El 23 de Octubre de 1702, en un pequeño rincón de una esquina de Europa sin importancia para nadie hasta esa fecha, se produjo una batalla fruto del afán de control y poder, de la que quedó como resultado un tesoro hundido. Esta historia, semejante a un cuento, pervive en el imaginario popular de Vigo, muchas veces con más matices de leyenda que de realidad.
Esta batalla se pugnó en el corazón de la ría de Vigo, donde ahora se encuentra el puente de Rande, enfrentando a las escuadras de las coaliciones anglo-holandesa e hispano-francesa.
Se cuenta que llegaban los barcos cargados de tesoros de América con destino a Sevilla, y que, sabiendo que iban a sufrir una emboscada, se escondieron adentrándose en la ría de Vigo. Pero no tuvieron tiempo de reajustar su ruta, pues los encontraron los ingleses.
Tras una cruenta batalla de un día entero, ganaron los ingleses, hundiendo toda la flota española, y con ello las riquezas. Desde ese momento, y durante dos siglos enteros, siempre que se tuvo oportunidad, se intentó recuperar ese tesoro, pero siempre sin resultado.
Y a su alrededor se ha forjado una leyenda, la leyenda que os he contado, transmitida de padres a hijos y de niño a niño, quienes la aderezan además con rumores de avistamientos de barcos fantasma, de luces y de un eco lejano en el viento traído de otra época. Porque este suceso, contado con más fantasía que realidad, forma ya parte del imaginario de Vigo, de cuando Vigo dio que hablar a toda Europa. Y más tarde, esta leyenda influyó en la literatura de quien menos os podais imaginar...
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