jueves, 25 de abril de 2013

Cómo hacer que llegue la inspiración, y el sentido de la vida

Hoy, mirando un antiguo blog que tenía hace algunos años, encontré una entrada, escrita a las 3 de la madrugada. En ella, digamos simplemente que practiqué la escritura libre, vamos, escribir y escribir todo lo que me salía de la cabeza, quejándome de que nunca sería capaz de escribir nada nuevo, porque esperaba la inspiración y ella (maldita ramera) nunca llegaba.
Perdí muchos años así, pensando que la inspiración era algo que me llegaría, algo me lo decía. Pero pasaban los meses, los años... Y mi paciencia no se resentía.
Por si os interesa, al final digamos que la encontré. En este momento puedo decir que he tenido una visión, que me llegó el sentido de la escritura y de la inspiración y casi hasta de la vida, oye. En este momento, puedo daros esas respuestas... ¿Quereis leerlas? Imagino que sí, si no no habríais entrado.
Pues buen, la respuesta a la gran pregunta de la vida, del universo, y del todo, es...


Dejar de lloriquear, no esperar a que llegue y salir a buscarla. Una vez que la encontreis, la amarrais de los pelos y la arrojais sobre vuestra cama. O dicho de otro modo... Exforzándose. Escribiendo y escribiendo, haciendo y haciendo, viviendo y viviendo. Ese es el origen de todas las mejores obras. No creo que exista nadie que, sin exfuerzo, por mucha capacidad que tenga, llegue a escribir nada de valor, porque la falta de trabajo se nota.
Una persona puede ser buena, pero ha de trabajar para ser excepcional. Si no... Bueno, disponeos a escribir la siguiente saga erótica de calidad dudosa.



Aprovechando que estaba por mi viejo blog, he rescatado el resultado de aquel inconsciente ejercicio que practiqué en un principio.



Sueña, pájaro enjaulado, sueña con la libertad que nunca alcanzarás, le dijo el humano a aquel que consideraba inferior. Sin saber que sus rejas son aún más infranqueables.

A lo que el pájaro respondió con voz dulce y cantarina

Joven humano, tu vida es tan irrelevante... Nadie pensará nunca más en tí una vez que expires, nadie te recordará, y si por casualidad, alguien lo hace, con el tiempo tu nombre se perderá.

Grandes hombres han existido, grandes proezas olvidadas, si ellos son irrelevantes para el resto del universo... ¿Tú, pequeño estúpido, qué eres?

Una moda, un pasatiempo, un suceso irrelevante en toda la historia de las estrellas. Un capricho de los dioses, un juguete roto, o un pasatiempo fallido.

Si tu faltas, nadie te echará en falta... Pero... ¿Si falto yo? Yo, preferido por el dios Sol, que todos los días me acaricia e inspira mi canto... Puedo estar enjaulado, pero no olvido quien soy, no olvido de dónde vengo ni olvido mi cometido. Tú eres un ser vanidoso y defectuoso, tu inteligencia fue tu mayor desgracia, tu deseo de perfeccionar lo que ya de por sí era perfecto...

La libertad no es sólo llegar a donde quieras, no es decir lo que te venga en gana ni hacer todas las maldades habidas y por haber.

La libertad... ¡Tú no sabes qué es la libertad! Tú, al igual que nosotros, poseíste el don de comprenderla, pero lo rechazaste... Crees que libertad es hacer y decir lo que quieras, aunque haga daño a tus hermanos... Tú, en tu egoísmo, crees que la libertad gira en torno a tí. Crees que se puede comprar o quitar. Al contrario que tú, yo seré libre hasta que muera, y aún en mi muerte, cantaré para los dioses... Tú... igual, si no hubieses vendido tu alma, podrías ser inmortal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡No olvides comentar!